Por : Greta Honorio
Luis Enrique Díaz
Delgado, es un joven talentoso que desde niño admiró el arte lítico de la
cultura Chavín, anhelando algún día poder ser un escultor en piedra.
Cuando conocimos a
Luis, no podíamos imaginar que detrás de esa mirada que trasmite paz y dulzura,
se escondía una persona de mucho valor, y de una gran fortaleza física para
poder trabajar con un material tan complicado como es la piedra, pues se
requiere de mucha paciencia para no
cometer ningún error al esculpirla porque por su dureza, no
se podría reparar.
También
pensábamos, cómo los egipcios y los aztecas elegían siempre
piedras duras, que presentaban más dificultad, pero decían que eran más
susceptibles a un pulido admirable.
Eso es lo que hace nuestro
joven escultor cada día, en el distrito de Saña su tierra natal, bajo la sombra
de un árbol frondoso en la esquina de su casa, al que llama su taller.
Luis Enrique nos
detalla que primero traza y dibuja sus diseños, para luego elegir con mucho
cuidado el tipo de piedra y herramientas
necesarias para esculpir su obra.
Utiliza el mármol,
granito, obsidiana verde, ónix, entre otros. Luis se identifica con la piedra,
dice ser su alma, con ella comunica lo mejor de sí. Disfruta el trabajarla, aún
siendo gruesa, rústica y pesada, al lograr transformarla y volverla tan
plástica y bella al esculpirla. Siente
realizar lo que más quiso en su vida.
Algo que observamos
es que sus esculturas requieren de mucho más detalle en sus acabados porque son
elaboradas para ser mostradas de cerca, lo que difiere a las observadas a lo
lejos, por sus dimensiones. Lo suyo es lo abstracto.
Uno de los iconos que
utiliza en su producción artística en un ochenta por ciento es la mujer, en sus
obras “Dolor en camino”, ‘’Mujer Embarazada’’ y “Ternura” nos muestra la
maternidad.
Tal como lo expresa
Luis... “en todo mi trabajo encontrarán
puro amor”. Suspira y nos dice... “mi
madre es lo máximo’’. Pensamos, el amor y apoyo de su madre tienen que
haber influido a inspirar tanta belleza artística en Luis.
Acota que, aún siendo
autodidacta, se siente muy feliz en dedicarse a tiempo completo en su verdadera
vocación de escultor, para él su lema es trabajar y hacer arte.
En los últimos dos
años ha realizado las mejores doce esculturas y viene exponiéndolas cada mes.
Actualmente podemos apreciarlas en la Dirección Regional de Cultura y el
Palacio Municipal de Chiclayo.
Nos comparte que uno
de sus sueños es realizar una exposición individual fuera del país y ser parte
de un gran proyecto en Lambayeque.
ALGUNAS DE SUS OBRAS
“Despertar del viento”,
“Descansando sobre sí misma”, “Fecundación”, “Agua de mar”, “El Triunfo”, “Mujer
embarazada”, “Dolor en camino”, “Ternura”, “Viento en Primavera”, “Descansando
sobre sí”, “El viejo caracol”, “El Grito”, “El capón negro”, “Guardián del
Tiempo” y “Detrás de la careta”, “Viento de anochecer”, “Viento de atardecer”.
Han transcurrido seis
meses desde que lo conocimos y vemos una dinámica producción y constante
presencia artística. Nuestra gratitud por atender el llamado de Red de Prensa
Cultural y Turística, al aceptar esculpir en piedra el Premio Prensacultur, que
muy pronto circulará en Lambayeque.
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