viernes, 4 de marzo de 2011

Éxito doble para el ICPNA

El Jilguero Apasionado

Por: Zoila Cabrejos Pita

En busca de una habitación que arrendar, Gerardo, un acartonado locutor de radio que se hace llamar “El jilguero enamorado” conoce a Soledad, con quien sostiene una relación tirante al principio pero que con el pasar de los años se convierte en un torrente de pasión en plena edad madura. Las situaciones de humor que envuelven a los contradictorios personajes interpretados por Gustavo Mac Lennan y Cecilia Tosso son bien sazonadas por la jocosa intervención de Violeta (Anita Saravia) y la picaresca estructura dramática de un guión que ha sido inspirado en la comedia “Los Insoportables” del joven autor Wilmer Velásquez Campos.


La puesta en escena le ha dado motivos de doble celebración al ICPNA, primero por la actuación de tan conspicuos actores en tierras chiclayanas y la segunda porque hace justo honor a un joven talento lambayecano como es Wilmer Orlando Velásquez Campos, quien además se desempeña como Director Cultural del Instituto.

Para quienes conocemos a Wilmer en su faceta de organizador y excelente anfitrión más que en su rol de guionista, es una verdadera sorpresa que bien vale la pena celebrar absolutamente de forma pública.

¿Hace cuánto que no tenemos noticia de un autor de teatro en Chiclayo…10, 25,50 años? De lo que más conocemos a través de las presentaciones de libros es de poesía o cuento, menos de novela y casi nada de teatro. El segundo lauro indiscutible para Wilmer es que ha logrado impresionar a los actores nacionales de destacada trayectoria quienes ya tienen una larga programación en la cartelera limeña con esta obra teatral.

En lo personal celebro con enorme alegría este éxito porque esta vez no se trata sólo de un buen amigo sino de un profesional respetable y un talento natural que merece hacer eco y obtener el sitial que se merece entre las figuras lambayecanas.

La trampa del Jilguero

La historia del Jilguero es un pretexto para hacernos recordar el encanto de las relaciones afectivas entre dos almas aparentemente “opuestas” así como el gusto por los amores maduros cocinados al fuego de una sensualidad tímida pero estruendosa. Una pasión que sin duda resulta cercana (a quién no le ha sucedido) y divertida.

La pieza es jocosa de principio a fin, sin embargo el momento más cómico, para mí, llega cuando por error el “jilguero” confunde cerezas (fruta) con ají cerezo y agua con pisco, esta mezcla vulcanizante pone en apuros al personaje principal.

Otro momento memorable será la lectura que hace el Jilguero de los spots publicitarios cambiados en venganza por “Soledad” y que le cuestan el trabajo al locutor por la tremenda desorientación y humillación que genera en los oyentes.

El marco del tiempo resulta también el pretexto perfecto para trasladarnos a la música, el futbol emotivo y todos esos detalles de aquella década dorada en que el éxito de la publicidad radial dependía fuertemente de la voz bien cultivada y varonil del locutor.

Que los tiempos han cambiado, no hay duda. Por eso esta obra alcanza un valor importante no sólo como una oportunidad para desaparecer algunas arruguitas mediante la terapia de la risa sino como documento de registro y recuerdo.

Puestas en escena como éstas hay que ver, reflexionar, aplaudir y celebrar.
Felicitaciones Wilmer Velásquez, amigos del arte, Instituto Cultural Peruano Norteamericano y Encuentro producciones!!!

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